Internet de las cosas IoT y 5G. Soberanía de datos.

SOBERANÍA EUROPEA DE DATOS: El Gran reto de la Unión Europea

Vivimos en una era donde los datos son la nueva materia prima valiosa, especialmente con el auge del «Internet de las cosas» y el 5G. Aunque el público utiliza tecnologías como aspiradoras autónomas y redes sociales a diario, muchos no son conscientes de la cantidad de datos personales que comparten. La Unión Europea reconoce los riesgos de esta recopilación masiva de información y la posibilidad de control y manipulación, he aquí donde entra en juego la soberanía de datos. El ejemplo de TikTok, diseñado para Occidente pero no utilizado en China, destaca la complejidad de estas plataformas. Escándalos como el de Cambridge Analytica han llevado a un mayor escrutinio sobre la protección de la privacidad, evidenciado por la comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Congreso de EE. UU.


¿Cómo ha reaccionado la Unión Europea ante la recopilación masiva de datos en la era del «Internet de las cosas» y el 5G, considerando la soberanía de datos?

Tratar de explicar que vivimos en un mundo donde los datos son una nueva materia prima, y que se ha convertido una de las materias primas más valiosas, igual ya no es una afirmación novedosa para algunas personas, pero, sin duda, es una idea muy novedosa para los segmentos o sectores sociales que están menos en contacto con el avance de las nuevas tecnologías y que, sin embargo, utilizan a diario esas nuevas tecnologías y sus nuevas aplicaciones, sin darse cuenta de ello. Por poner un ejemplo, en cualquier casa encender las nuevas aspiradoras autónomas es casi tarea de niños, pero esos niños no son conscientes de los datos que se ¨regalan¨ al fabricante con sólo accionar el botón de encendido del aparato en cuestión, y los padres a veces tampoco. También les digo que, aunque lo fueran (conscientes), no podrían abstraerse al mundo que nos ha tocado vivir.

La Unión Europea sí es consciente de que con la llegada del ¨internet de las cosas¨, (el famoso 5G), se produce una gran recogida de información privada en forma de datos personales y no personales. También es consciente de que esto es un campo abonado para el control y la manipulación de la población, y de que esto puede hacerse de manera absoluta y totalmente anónima. Es casi una invitación al ¨pasen y vean¨.

Sabían ustedes que cada minuto se publican 65.000 fotos en Instagram, 240.000 imágenes en Facebook y se ven 167 millones de vídeos en Tik Tok? Por cierto, Tik Tok es una plataforma china que, a pesar de su orige, no puede usarse en China porque ha sido diseñada para Occidente. Para China existe una versión similar denominada Douyin. Claro que Facebook también ha sido acusada en distintos momentos de robar y vender los datos de los usuarios, razón que ha conducido a su fundador, Mark Zuckerberg, a tener que llegar a declarar ante el Congreso de Estados Unidos, tras el escándalo de Cambridge Analytic.

Pero, a ver, ¿Qué significa el concepto ¨Soberanía de Datos¨?

La soberanía europea de datos es a la vez, un nuevo concepto jurídico y un concepto meramente material.

Empezando por el concepto en sentido material, la soberanía de datos supone la no transferencia de datos a los Estados que no guardan un nivel de respeto y protección de los mismos, similar al de la Unión Europea. Es decir, supone la prohibición de realizar transferencia de datos (de los generados en territorio de soberanía de la UE), a determinados Estados. Lo que significa de hecho, un intento por garantizar el respeto a nuestros derechos, principios y valores, evitando a la vez que, con la información obtenido a través de esas transferencias de datos, se controle a las personas que los generan, es decir, que se controle a la población.

La soberanía de datos es además, un nuevo concepto jurídico, puesto que, al concepto tradicional de ¨soberanía¨ (de poder), se le une un nuevo ámbito de actuación como es el de los datos europeos. Esto en sí ya supone una nueva forma de ¨poder¨. El poder de control de los datos. Como digo, es una nueva forma de ¨soberanía¨ relacionada con un nuevo campo de actuación y de convivencia, como es internet. Es una nueva soberanía relativa a la materia prima de la que está formada internet: los datos.

La necesidad de crear este nuevo concepto responde a la necesidad de controlar y proteger los datos de los usuarios de internet, y con ellos, indirectamente responde a la necesidad de proteger su derecho a la intimidad e incluso, de manera indirecta, a la de evitar que la información que se desprende de ellos sea utilizada en contra de esos mismos usuarios o de los Estados a los que pertenecen. Precisamente de aquí surgió la primera necesidad de obtener la soberanía de esos datos.

Relacionado con el concepto de soberanía de datos encontramos el concepto de soberanía digital. Como podremos observar, la soberanía de datos se encuentra englobada en la digital.

¿Qué es la soberanía digital?

Según el Foro Económico Mundial se refiere a él como ¨la capacidad de tener el control sobre el propio destino digital¨, incluyéndose en ese ámbito los datos, el hardware y el software.

En otras palabras, consiste en el desarrollo y control de todos los ámbitos digitales: el tecnológico, el estratégico, el de las redes digital, el económico y por supuesto el de los datos.

Porque no debemos olvidar que todo lo que ocurre en la realidad, ocurre también el internet. Conseguir la soberanía digital es uno de los mayores retos de la Unión europea en estos momentos.

Pero, ¿Por qué es tan importante para la UE controlar los datos?

Es una cuestión estratégica. Todo lo que ocurre en internet se nutre de datos: las cuentas de Facebook, Instagram o Tik Tok, por ejemplo, pero también las recomendaciones de compra a los consumidores, el estudio de las tendencias de moda o el conocimiento sobre cuántas empresas europeas hay en un determinado sector empresarial, o cuáles son las principales preocupaciones políticas y sociales de la población, e incluso se puede saber qué nivel de radicalización ha alcanzado una determinada acción en las redes de un país (una manifestación, por ejemplo). Toda esta información bien utilizada es de gran valor para esos grupos sociales, pero mal utilizada, puede llegar a convertirse en un gran desastre para ese mismo grupo social.

Imaginemos ahora que de lo que se trata es de analizar cuántas empresas europeas disponen de determinados conocimientos científicos que ayuden en una investigación para sacar un fármaco que ayude a curar una enfermedad determinada. Eso sería maravilloso. Podríamos haber inventado la vacuna contra el Covid aún más rápido. Pero, y si estuviéramos analizando cuántas familias europeas están descontentas con una determinada política gubernamental, para con esos datos y de manera indirecta mandarles mensajes a sus ordenados que redirigieran su intención de voto hacia un candidato electoral determinado y que además, oh casualidad!, es afín a nuestros intereses? Bingo, esto ya no nos gusta. Incluso alguien podría pensar que me he adentrado en terreno conspiranoico. Pués, nada de eso. El ejemplo en muy parecido a lo que ocurrió en el caso ¨Cambridge Analytic¨.

Esto afecta también a la seguridad de los Estados y de sus ciudadanos. La información es muy valiosa en temas de seguridad, y obvia decir que una de las principales fuentes de información en la actualidad es internet, y la información que en forma de datos se mueve en la red.

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Es una cuestión económica. No debemos olvidar que el mundo digital. Y para que exista ¨algo¨ digital, primero deben existir los datos de los que se nutre ese mundo digital. Y cuando el objetivo de ese estudio de datos o macrodatos tiene por objeto influir en la economía, bien sea en la microeconomía (por ejemplo, para analizar los datos de los consumidores de un determinado producto y así obtener una ventaja frente a la competencia). O bien sea en la macroeconomía (por ejemplo, para intentar el control de un determinado sector o de una gran empresa), ya de lo que hablamos es de economía.

De datos y economía se habla también cuando se sabe que el gobierno chino exige a sus empresas que compartan sus datos con el gobierno, aunque esas empresas operen en Europa. También la UE pretende que con el Plan de digitalización europeo que ha puesto en marcha y está financiando en la actualidad, se consiga que las empresas públicas y privadas compartan sus datos con el fin de hacerlas más competitivas.

Estas son sólo dos razones de cariz económico, de cómo funciona ahora la economía. Y por tanto, de la importancia de poner a buen recaudo los macrodatos que tanto influyen en ella.

Para muestra un dato: según recientes informaciones publicados en Financial Times, los servicios belgas han investigado a Alibabá por un posible caso de ¨espionaje¨ como consecuencia de la obligación de esta empresa de reportar sus datos al gobierno chino.

Es una cuestión de derechos y valores

Por esta razón, entre otras, la UE se ha puesto en marcha y ha elaborado toda una legislación avanzada y novedosa en el ámbito internacional, para conseguir, no sólo proteger los datos de sus ciudadanos, sino también protegerse a sí misma y sus valores y el respeto por los derechos de sus ciudadanos. Europa es una de las zonas que más ha avanzado en el tema de proteger y respetar los derechos humanos y a la democracia como la forma de gobierno más adecuada para conseguir este objetivo.

Para finalizar, la propia página oficial de la Comisión europea señala y define a la estrategia europea de datos como: ¨La estrategia europea de datos tiene por objeto crear un mercado único de datos que garantice la competitividad mundial y la soberanía de los datos de Europa». Los espacios comunes europeos de datos garantizarán que se disponga de más datos para su uso en la economía y la sociedad. Así se podrá mantener al mismo tiempo bajo control a las empresas y a las personas que generan los datos¨.

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